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LIBRO Y REPASO.

A LOS LECTORES:

Después de intentar motivar a dos gobiernos diferentes en esta investigación y asumido el fracaso en esa misión, decidí darla a conocer a todos los colombianos y a la comunidad Internacional instalando en esta Web algunos capítulos de la obra escrita y mandada a las autoridades competentes con la esperanza de que este medio difunda mi voz y lograr así se certifique lo denunciado y lo que estoy ilustrando a ustedes a todo lo largo de la misma.

El Dorado tras la cultura Omegua
Es el título del libro enviado a diferentes personalidades del gobierno colombiano, Presidente, algunos Ministros, Senadores, jefes de departamento, etc.,
el 25 de junio de 2003

Carta de presentación del libro.

Santa Fe de Bogotá, 25 de junio de 2003.
Señor:
Doctor:

Estimado señor:

El presente libro que hago llegar a sus manos tiene el cometido de interesar y comprometer a usted en este descubrimiento que supera el límite "De interés nacional" como podrá constatarlo una vez enterado del tema, recurro a usted y ustedes, pues, estoy empeñada hasta donde mis fuerzas me alcancen en la difusión de este manuscrito con la pretensión de allegar su conocimiento e interés a darle una salida a los distintos conflictos que están planteados en él y en esta carta de presentación a usted.

He esperado el cambio de gobierno y pasar un periodo prudencial de asentamiento del mismo para dirigirme a la nueva administración con carácter ilustrativo pues no sé qué más hacer excepto solicitar el concurso de usted (s) y su positiva respuesta que no solo sacaría a flote esta (s) cultura (s), sino que daría a la nación entera el derecho a la verdad que tanta falta nos hace. Quiero que conozcan las barreras que se interponen en el desvelamiento de esta tesis que presenté a la anterior administración hace largo tiempo, producto de la imaginación como está dicho y porque no del trabajo y la investigación que es mi cometido (compruébelo usted mismo)

Esta imaginación desbordada quizás me lleva a soñar
con una persona, talvez más, ojalá muchas que puedan dar una luz en las distintas facetas de estos temas, pues la flagrante omisión con la que ha recibido mis informes y solicitudes la autoridad que la ley destina y obliga como tal, demuestra lo acéfalo que se encuentra el país en esta materia, mi imaginación me lleva a soñar con la revisión de la misma ley bajo parámetros reales, en compatibilidad con nuestra característica nacional, parte de esas características están consignadas en planteamientos dirigidos por mi al estado y trascriptos a ustedes en el capitulo pertinente de este libro.

La desorbitada pretensión de solicitar al Ministerio de Cultura el concurso de profesionales que me acompañen a los territorios del Imperio Omegua o El Dorado para que evalúen mi apreciación y sacar fotografías del sector fue contestada con silencio. Amplié mi escrito junto con el concepto que me merece la actual investigación profesional en la materia y la falta de responsabilidad de la institución oficial que vela por ella, adicioné la atrevida sugerencia de precisar un geólogo y más adelante dos o tres obreros de pico y pala para certificar las viviendas, con estas mismas pretensiones acudí a la gobernación del Meta y a la Alcaldía correspondiente (Puerto López). Obtenida la respuesta del Ministerio y posteriormente la del Instituto transcrita en el libro, decidí seguir adelante.

Sin recursos propios, conseguí el favor de algunas personas y en dos viajes distintos logré tomar las fotografías que presento a ustedes para su consideración, estas fotografías son el único elemento que poseo con carácter de evidencia pues no he levantado otra ni la levantaré aunque las respuestas y silencios oficiales me inciten a hacerlo, es triste ver con que facilidad se somete a la mayor o menor inteligencia a caer en trampas mortales que con el tiempo se pueden reconocer como tales, nos salva la experiencia y yo la adquirí no de manera gratuita, con mucha vergüenza.

Hace más de 18 años cometí un error que no repito: manifesté mis apreciaciones sobre la existencia de la cultura Sutagao a excelentes profesionales en su ramo con cargos relevantes y oficiales, la respuesta en el momento fue que no existía suficiente"evidencia" para confirmar mis teorías y que el estado no estaba en ese momento en capacidad de adelantar ninguna investigación, pero....."que importante seria que tales apreciaciones fueran ciertas y se pudieran confirmar", cosa que"arranque" a hacer como borrego al matadero, busqué y encontré los Hipogeos Sutagaos, saqueados y rellenos en su totalidad de tierra y piedra los cuales limpie cuidadosamente, un mes y hasta dos meses de tiempo gaste en la limpieza de cada uno asumiendo el pago de los salarios de los obreros (En ese momento podía hacerlo) tratando de encontrar vestigios óseos y cualquier elemento que aclarara su construcción y la devastación, esos trabajos los hice en 7 meses consecutivos.

Constantemente informaba a quienes creía idóneos de mis adelantos y retrocesos, pedí ayuda y consejos en vano, seguí sola hasta que encontré las primeras ollas en más o menos buen estado y ahí sí se manifestó el estado con toda su fuerza,"El hobby de doña Hilda destruye el patrimonio Arqueológico nacional" media pagina en la prensa y entrevistas en la radio, conferencias de conocimiento y conciencia ciudadana sobre los valores arqueológicos de la nación en los auditorios de Girardot y la amenaza de demanda o demandas pertinentes ante las autoridades judiciales, también amenacé con adelantar un juicio o debate de idoneidad, pues en ningún momento se me podía acusar de nada más allá que la limpieza de lo que ya estaba saqueado, hecho si comprobable.

Esto es historia pasada para mí y para los Sutagaos, después de la edición de algunos afiches por cuenta del estado e incluirlos en los mapas que tratan de las culturas precolombinas, después nada... nada... excepto la presencia de algunos guaqueros que han excavado en él y los lugares de donde fui retirada, esta relación acompañó mi primer informe al estado en 1999 sobre la cultura Omegua en un capitulo que titulé antecedentes personales.

Volviendo al tema actual las fotografías que presento a ustedes las tomé con el respectivo permiso de algunos propietarios de terreno a los cuales les informé de mi investigación y la necesidad de llevar dichas fotos en calidad de prueba de la existencia de la cultura. La pregunta fue y es, ¿qué les corresponde a los dueños de terreno en caso de ser cierto y se suceden hallazgos? La respuesta que me dio el Instituto es la expropiación total, incluido el terreno si es muy importante.... me informó de la ley y sus sanciones y pidió una relación de evidencias materiales que soportaran mi escrito, como ruinas, caminos, muros, etc. No existentes como había manifestado en mi denuncia y la necesidad de buscarlas bajo tierra, como lo solicité.

La exigencia del estado de dar credibilidad a este manuscrito solo si esta apoyado con evidencias materiales no la puedo cumplir, la ley es clara, el premio es la cárcel y la perdida de todos los bienes dada la magnitud de las multas. Por las razones expuestas es el estado (al que obliga la ley) quien debe confirmar o desbaratar esta teoría que felicita y califica de"amplio estudio sobre la cultura Omegua"(que ha ignorado o no conocía) y a su vez niega a todo un país y más allá de él, el derecho a saber de este Imperio y lo que se pueda desprender, me niego a pensar que la desidia oficial obedezca a ocultar fines más o menos oscuros. Es por eso que estos hechos los divulgo a ustedes buscando su aporte a estas culturas que son de todos los colombianos y que merecen y necesitan de nuestro mejor esfuerzo, el que podamos y sepamos hacer, así sea solo impulsar el pensamiento y dar el producto de él, su concepto a quien corresponda. Para usted mi más cordial saludo.

Fin del documento que cierra con firma, cedula, dirección personal, digital y teléfono.
GILDA MORA.

Aclaración a los lectores de esta Web:

Personalmente, lamento no poder levantar estas y tantas evidencias mientras la Ley no lo permita, sé hacerlo, tengo la habilidad, don u olfato para detectar los depósitos y los conocimientos necesarios para resguardar el contenido, pero no tengo título en ninguna rama de las ciencias sociales. La Legislación colombiana me impide hacer cualquier exploración en terreno para confirmar la existencia del imperio, el Estado no hará nada al respecto según respuesta de la doctora María Victoria Alarcón directora del Instituto Colombiano de Antropología y lo no hecho por el Gobierno al año 2007 en el que nos encontramos.

Síntesis de la respuesta obtenida en febrero del año 2000 después de dos documentos y varias notas solicitándola:

Reciba usted un cordial saludo de parte del ICANH el oficio que usted dirigió al Señor Presidente de la República ha sido remitido a nosotros como corresponde por ser la autoridad cultural nacional encargada del Patrimonio Arqueológico de la Nación. Primero que todo la felicitamos por su extenso trabajo bibliográfico sobre la existencia de los Omeguas. Sin embargo, como en todo estudio que se refiera a la arqueología, se debe contar con más elementos de juicio para poder dar un dictamen al respecto. Nos preocupa que su imagen del ICANH se haya visto empañada por su relación con algunos arqueólogos en su experiencia en el Carmen de Apicala, (VER PAGINA SIGUIENTE) pero como usted comprenderá, las teorías de numerosas personas sin entrenamiento en ciencias sociales han hecho que el gremio practique con razón, el escepticismo ante reclamos de descubrimientos sin par. Respecto a su pedido de apoyo para un viaje de exploración, esto es imposible debido a la difícil situación presupuestaria del país. Sin embargo, la animamos para que continué con su interés por la historia y nos mantenga informados de sus últimas conclusiones ..